AGC-UAMC.MAGC.01.02
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Parte de Acervo Granados Chapa.
- Nunca tuvo la izquierda mexicana un héroe vivo más vigente que Fidel Castro. La Revolución Cubana encabezada por él fue guión de la lucha politica por el socialismo, especialmente en los años sesenta, en que la sombra del intervencionismo norteamericano se cirnió ominosa sobre aquella isla, convertida en una especie de Meca para los batalladores populares latinoamericanos. y sin embargo, en una paradoja terrible, explicable sólo por una miopía que el tiempo debe curar, Castro volvió a la ciudad de México después de tres décadas de usencia, en medio de la reticencia y aun desdén de la zona política donde más se ha gloriado y en la que ahora se pretendía imponerle el absurdo deber de convertirse con su ausencia en silencioso pero eficaz cuestionador del Presidente Salinas, a cuya toma de posesión fue invitado y asistió, entre vítores de priístas que, nueva paradoja, lo recibieron con entusiasmo mayor que el autorizado antaño por ortodoxia..