Una vez que se ha ido el Papa Juan Pablo II, al término de su segunda visita a México, cuando se diluyan las fugaces huellas espectaculares de su gira, habrá que examinar el saldo de fondo que su presencia dejó a la Iglesia y a la república mexicana. Uno de tales saldos, acaso el de mayor proyección aunque no el más evidente (porque este último carácter correspondió a los episodios relativos a la dualidad Iglesia-Estado), es el nuevo impulso dado por el Papa a la doctrina social del catolicismo, que en un tiempo había aparecido como una tercera opción ideológica, lejos al mismo tiempo del liberalismo capitalista y del socialismo, pero que había venido perdiendo credibilidad y vigencia..
La absurda versión, de ignorado origen, sobre una banda de asesinos japoneses que atentaría en México contra Juan Pablo II, lleva al siguiente recuerdo : cuando el Papa vuelva a Roma, se cumplirán exactamente nueve años del atentado que estuvo a punto de costarle la vida a Juan Pablo II, tiroteado por un fanático turco cuyas verdaderas motivaciones continúan todavía sumidas en el más profundo enigma..
Periodista hábil sin duda, con posiciones ideológicas que aque no discuto, Miguel Ángel Granados Chapa desliza hábilmente, con carácter de información, lo que es producto de propias inferencias por lo menos discutibles y realmente discutidas por las corrientes políticas que se mueven en México. Tajante, en tono de magíster dixit, habla de los nuevos partidos con asientos en la Cámara, y (se lo paso al costo a los ideólogos del PST si se deciden a debatir) dice : ´. .una agrupación aparentemente de izquierda pero dependiente del partido gubernamental´..
Incapaz por sí misma de hacer respetar una norma que impone sacrificios insoportables para muchas personas, la Iglesia católica tiene que valerse, como en el pasado remoto, del gobiemo al que convierte una vez más en su brazo civil. Si la observancia de las leyes morales del catolicismo fuese una realidad, resultado de la práctica de un ministerio eficaz por espiritual, la Iglesia podría admitir, sin problema para sus fieles, que le incumben directa y exclusivamente, que se despenalizara el aborto en Chiapas : con la fuerza de su propia ética evitaría que los bautizados acudieran a ese extremo. Pero como no es así, debe recurrir a la presión política, terreno en que ha mostrado una mayor eficacia..
Está anunciada, para el año que se inicia, aun cuando no se ha precisado la fecha, la decimocuarta asamblea nacional del Partido Revolucionario Institucional, que introducirá cambios en la estructura y la doctrina de ese partido que durante sesenta años ha sido el eje de la política mexicana..
Ahora que se ventila de nuevo el tema del aborto, y que organizaciones católicas buscan imponer su punto de vista a cualquier precio, conviene recoger la aprovechable experiencia francesa. Considerada a sí misma como ´ la hija mayor de la Iglesia´, Francia despenalizó el aborto en 1974, bajo el gobierno de un presidente confeso de convicciones católicas, Valery Giscard D´Staing, quien dos veces se entrevistó con sendos Papas para informarles de su determinación a este respecto, sobre la base del proyecto de ley presentado por Simone Weil, la sólida mujer que sobrevivió a los campos de concentración nazi era, a la sazón, ministra de Salud..