Durante más de una hora grupos del Sindicato Mexicano de Electricistas llegaron al Zócalo encabezando la marcha iniciada en el Monumento a la Revolución. Más de un observador, al notar su enjundia, su organización y sobre todo su número, se preguntó si alguien se había quedado en las guardias de los 400 centros de trabajo, pues daba la impresión de que el sindicato en pleno se había volcado a una manifestación de la que era, al mismo tiempo, punta, centro y eje.

Plaza Pública relativa al foro de análisis de la crisis económica de México y de la participación del movimiento obrero convocado por el Sindicato Mexicano de Electricistas, difícilmente se ocurre pensar en otro organismo sindical más idóneo para formular este llamamiento por su poder de convocatoria atraerá a gran parte del obrerismo. Miembro del Congreso del Trabajo, y por lo tanto parte-del sindicalismo cercano al Estado, el SME tiene sin embargo una tradición de lucha y combatividad que aunque a veces se queda en los límites de la retórica le permiten en otras revitalizar su carácter de instrumento de reivindicación de los derechos de sus agremiados, no puede decirse lo mismo, sin embargo, de la decisión que difundió la semana pasada este mismo sindicato, y que constituye una novedosa arma de la estrategia sindical, pero que eventualmente puede revertirse contra sus manejadores, se trata de la determinación del SME de no participar en las operaciones de recaudación de fondos fiscales.

El Sindicato Mexicano de Electricistas, uno de los más antiguos del país fue el promotor de la gran huelga general ya en 1916.